“…por el delito de plagio o secuestro se impondrá la pena de veinte a cuarenta años de prisión, por lo que debe imponerse la pena de prisión que corresponde a este delito en su límite mínimo, en virtud que no se acreditó alguna de las circunstancias que establece el artículo 65 del citado código, aumentada al doble de conformidad con el último párrafo del artículo 204 del mismo código, al ser la víctima menor de diez años de edad, que hace un total de cuarenta años de prisión inconmutables (…), si algún grado de injusticia tiene la sentencia con relación a la pena impuesta, ésta se dio a favor de los procesados, porque debió imponérsele la pena de cuarenta años de prisión inconmutables, y a pesar de ello, se les condenó: a veinte años de prisión al procesado (…) y veinticinco años de prisión al procesado (…), lo que no era jurídicamente correcto. Claro está, el error que beneficia al acusado cuando solo éstos recurren no puede ser subsanado por el tribunal superior, ya que ello vulnera el principio de prohibición de reforma en perjuicio…”